Unos bocaditos de alubias blancas y brócoli que te van a hacer olvidar que estás comiendo legumbres. Y es que, aunque nos encantan los cocidos y los potajes, el hummus y las ensaladas con alubias o garbanzos, de vez en cuando nos encanta cambiar de formato. No son los únicos bocaditos que he hecho, tienes otra receta aquí.
Los nuggets son un formato de deshecho, normalmente con la peor calidad de producto, pero muy fáciles de comer. Esta versión vegana es todo lo contrario: muy nutritivos, saludables y con productos de proximidad y temporada.
Como veréis, lo de añadir el brócoli es para aprovechar los troncos sus troncos de alguna forma que no sea un puré, y para daros ideas de que, en como en las croquetas, en los bocaditos vale todo.
Los bocaditos se pueden freír, hacer la plancha o al horno. En los ingredientes no se incluye el aceite de freír, que sería, como en el caso de unas croquetas, de mínimo un dedo de aceite de oliva dentro de la plancha.
Indicaciones
Ponemos en un bol las alubias y un par de cucharadas de aguafaba o líquido de gobierno. En muchos botes de alubias suele estar gelatinoso, ponemos el que corresponde a la cantidad de alubias.
Añadimos la sal, el aceite de oliva, el ajo en polvo y las especias que queramos.
Las aplastamos con un tenerdor o las trituramos un poco, con cuidado de que no quede un puré.
Picamos muy fino el brócoli y lo añadimos a la las alubias blancas, mezclando.
Tamizamos las harinas y las añadimos poco a poco. Es posible que, por la diferencia del agua que pueda contener el brócoli y el aquafaba, necesites más o menos harina.
La masa ha de quedar algo húmeda y pegajosa, pero no sin exceso y no líquida. Recuerda que son bocaditos, no croquetas.
Refrigerar la masa al menos durante dos horas. Si es para congelar, también es imporante que la masa esté fría.
Damos forma a los bocaditos.
Empanamos con panko, pan rallado o harina de almendras.
Estos bocaditos de alubias blancas se pueden freír en aceite abundando bien caliente o hacer al horno a 180ºC, teniendo en cuanta que hay que darles la vuelta.
Así quedan los bocaditos de alubias fritos en aceite abundante.
Aquí van 2 formas diferentes de hacer col asada al horno, para que veas que hay más de una forma de comer repollo y que no siempre ha de ser hervida o al vapor.
La col, como la coliflor, tiene bastante mala fama. Evidentemente, te puede no gustar el sabor, pero es posible que tu problema tenga más que ver con el olor. La col asada no tiene nada que ver con la cocina, hervida o al vapor, así que le puedes dar una oportunidad.
Puedes hacerla cortada en juliana con bechamel, esa es la opción más fácil pero a mi me parece la menos interesante.
Y es que las dos opciones que te dejo aquí, mi favorita es la del picadillo, pero seguro que la que lleva queso, si eres quesero, te atrapa.
Si te apetece compartir estas recetas en redes sociales, recuerda usar el hashtag #midietavegana para que vea lo bien que te ha quedado.
Receta de Col asada al horno
Ingredientes
1/2 col repollo.
Opción 1
1/2 cucharadita rasa de pimienta negra molida
1/2 cucharadita rasa de nuez moscada
1 cucharadita rasa de comino molido
1 cucharadita colmada de orégano
3 cucharadas de aceite de oliva virgen
20 ml de crema de soja
Opcional: 2 puñados de queso vegano rayado
sal
Opción 2
1 tomate fresco picado
1 pimiento rojo pequeño o dos verdes cortado a cuadraditos muy pequeños
1 cebolla blanca mediana cortada a cuadraditos muy pequeños
3 cucharadas de aceite de olivas virgen
2 cucharadas de vinagre de manzana o de arroz
1 punta de cucharadita de pimienta
Opcional: 1 cucharadita rasa de pimentón dulce o picante, al gusto
sal
Indicaciones
Lavamos la col y descartamos las primeras hojas. Estas nos pueden servir para hacer vapor, por ejemplo.
Cortamos la mitad en juliana o en tiras más gruesas. Si la queremos al dente, mejor más gruesa. Si las quieres más cocinadas, en juliana.
Precalentamos el horno a 180ªC.
En un recipiente de horno grande, que ocupe casi toda la bandeja, colocamos la col.
Mezclamos los ingredientes de la opción escogida en un bol.
En el caso de la primera opción, verteremos en la col antes del horneado.
Horneamos unos 30 minutos, en la parte de abajo vigilando que no se queme pero que quede suficientemente hecha.
Con la primera opción, es mejor servir caliente.
Con la segunda opción, el picadillo, esperamos a que la col se atempere y lo añadimos. A más tiempo lo dejemos, más gusto tendrá.
La salsa de champiñones a la cerveza viene de una receta anterior, necesaria para poder hacer esta con éxito. He creído conveniente separar de la otra receta para que no fuese excesivamente larga, y porque es posible que a mucha gente no le interese. Se puede desechar o reducir el líquido sobrante, o añadirlo a un puré o a cualquier salsa.
Sin embargo, el hecho de poner cerveza era, precisamente para hacer esta salsa estilo gravy que va a quedar genial con cualquier asado o filete vegetal, también con los hojaldrados.
Si hacéis verduras al horno con vino blanco, podéis hacer algo muy parecido.
Opcional: una taza de verdura del caldo de Navidad (zanahoria, chirivias, nabo)
Os doy las dos opciones, la maicena, que es lo más habitual que podemos encontrar, o el kuzu, que a mi me parece mucho mejor opción pero es posible que no encontréis fácilmente. Puede que necesites un poco más, pero también puede reducir el líquido.
Indicaciones
Calentamos un vaso de agua.
Disolvemos el espesante, la maceina o el kuzu, vigilando de que no queden grumos. Puedes usar un colador de maya fina si ves que no consigues desacerlos.
Aprovechamos para disolver también la pasta de levadura.
Colocamos en un vaso de batidora la base de la salsa y, si tenemos, algunas verduras del caldo de Navidad o del caldo de verduras que hayamos hecho.
Lo batimos todo bien.
En un cazo, olla pequeña o sartén, calentamos el resultado a fuego bajo.
Añadimos el espesante y la salsa de soja.
Si vas a añadir crema vegetal, este es el momento.
Removemos con barillas.
No tiene que quedar muy espeso, sino más bien ligero.
Servir caliente
En la foto inicial tienes el resultado de la salsa de champiñones la cerveza acompañando a los champis al horno. Por su sabor potente, es ideal darle sabor al seitán o al tofu.
Los champiñones a la cerveza son champiñones al horno con cerveza, y no tiene mucho secreto pero quedan deliciosos.
En este caso le vamos a poner una cama de cebolla porque con el líquido sobrante haremos una salsa. Se puede hacer la cama con patata, batata, zanahoria o lo que más nos guste.
Con 20 minutos de hornos, el alcohol de la cerveza se habrá evaporado, aunque es posible que aún estén más tiempo, en mi horno son unos 40 minutos. También puedes usar cerveza sin alcohol o cerveza sin gluten, en el caso de que lo necesites. Piensa que si usas una cerveza con toques cítricos, estos estarán en la salsa.
Receta de Champiñones a la cerveza
Ingredientes
500 g de champiñones enteros
1 cebolla blanca grande o una manojo de cebollitas
3 dientes de ajo
20 ml de cerveza (un quinto, en Cataluña)
el zumo de medio limón
3 cucharadas de aceite de oliva
sal
pimienta negra molida
Usa una cerveza de tu elección. Para saber si es vegana, visita barnivore.com o tu foro vegano habitual.
Indicaciones
Haz zumo con medio limón y cuélalo, que no tenga pepitas.
Cortamos parte del tallo de los champiñones.
Los limpiamos bien, debajo del chorro de agua.
Pelamos los dientes de ajo y la cebolla.
Cortamos la cebolla en juliana y los ajos en dos o tres partes.
En un recipiente grande de horno, repartimos la cebolla y los ajos, haciendo la cama para los champiñones. Si quieres poner patata o zanahoria, ahora es el momento.
Añade la cerveza y el zumo de limón.
Coloca los champiñones enteros repartidos por el recipiente.
Pon las 3 cucharadas de aceite por encima de los champiñones.
Salpimienta los champiñones.
Precalentar el horno a 220ºC.
Bajamos a 180ªC y horneamos durante al menos 20 minutos, con la bandeja del horno en la mitad.
Podemos darle la vuelta a los champis y subir la bandeja, horneando 5 minutos más.
Nos quedamos con el líquidos, la mitad de la cebolla y todo el líquido para hacer una salsa.
Servimos los champiñones a la cerveza calientes, con o sin la salsa como tapa o guarnición.
Las galletas de jengibre son un clásico de las Navidades, aunque yo no tengo el molde de muñequito. Aquí mucha gente conoce esas galletas por Jengi, de Shreck, o por las pelis navideñas americanas.
Aquí ya le habían comida las piernas al pobre Jengi.
Sea como sea, son unas galletas que van muy bien con el café o con el té, que pueden tomar muchas formas y que puedes decorar al gusto.
A mi el glaseado me parece demasiado, pero si os apetece poneros a decorar galletas, os recomiendo echarle un ojo a este post de In My Vegan Kitchen. Es un actividad muy relajante.
Si buscas más recetas navideñas o festivas, no te pierdas el artículo Navidad Vegana.
Receta de Galletas de jengibre
Mi molde de gatito nunca defrauda.
Ingredientes para dos bandejas de galletas
450 g de harina de trigo integral
200 g de margarina
50 g de azúcar blanquilla
60 ml de agua
15 g de levadura química
1 cucharada sopera colmada de jengibre molido
1 cucharada sopera colmada de canela molida
1 cucharadita rasa de nuez moscada o de clavo molido
sal
Podrás añadir más o menos especias, pero para el resto de ingredientes es mejor pesar y hacerlo tal cual. El azúcar ya está al mínimo, y no va a ser mejor por usar siropes o panela (van por la misma ruta metabólico, al cuerpo le parecen casi lo mismo).
Sobre la levadura química, si usas harina de trigo refinada, entonces necesitas 12 g. Con la integral siempre hay que tener en cuenta que necesita un poco más de ayuda para subir.
Indicaciones
Sacamos la margarina de la nevera y la pomamos. Es decir, le quitamos el frío y la dejamos muy blanda. Lo podemos conseguir de diferentes formas, puedes usar el microondas 10 segundos con la opción descongelar, por ejemplo.
En un bol grande, ponemos todos los ingredientes secos y mezclamos bien.
Añadimos el agua y la margarina pomada.
Nos lavamos bien las manos, cepillando las uñas, porque vamos usarlas para amasar.
Incorporamos los ingredientes líquidos y amasamos con las manos.
En una superficie lisa y muy limpia, ponemos nuestra masa.
La estiramos bien con un rodillo, que quede bien fina. Si no tienes, lo puedes hacer con paciencia y las manos.
Saca la bandeja del horno, coloca papel de horno o una silicona de horno.
Precalienta el horno a 180ºC.
Usa los cortadores de galleta que más te apetezcan. A mi me gustan gorditas, pero las puedes hacer finas. Ten en cuenta que van a crecer.
Ves colocando las galletas con algo de espacio en la bandeja (con papel o con silicona).
Con los recortes que queden, vuelve a hacer una pelota y a estirarla.
Con la cantidad de la receta necesitarás mínimo dos horneados.
Hornea durante 15 minutos si son finas o 20-25 si son más gruesas.
Déjalas enfriar sin apilarlas.
Decóralas si te apetece. Yo les hes puesto un poco de azúcar glas, usando un colador y golpecitos.
Estas galletas de jengibre se conservan muy bien en un tala hermética de galletas, es posible que tengas alguna en casa de galletas compradas.
Estas setas en adobo te harán olvidar el típico lomo adobado. No en vano, el sabor característico de la receta de toda la vida tiene mucho que ver con el adobo y menos con la carne que se usa.
Para esta receta hemos usado las setas cardo (Pleurotus eryngii) coreanas, que tienen el pie largo, grueso y blanco. Son las que van mejor porque se pueden filetear, aunque seguro que con otras variedades también está delicioso.
Más que una receta es una idea para acabar de montar otro plato o para hacer un bocadillo. Yo se lo vi, precisamente, en un bocadillo a la gente de Peace Love Vegan que lo tienen como vídeo receta. Eso sí, los adobos en cada casa son diferentes, así que os subo la receta del adobo y de cómo lo hago yo.
Si tienes otro adobo favorito, no dudes en probarlo con las setas: absorben tanto el sabor que merece la pena.
Receta de Setas en adobo
Ingredientes
400 g de setas cardo (Pleurotus eryngii)
1 vaso de vino tinto
1 cucharada sopera rasa de pimentón de la Vera dulce
1 cucharada rasa de romero en polvo
1 cucharada rasa de comino
1 cucharada rasa de ajo o cebolla en polvo
1 cucharada rasa de pimienta
1 cucharadita de sal
1/2 taza aceite de oliva virgen extra
Puedes cambiar el pimentón dulce por el picante, o hacer mitad y mitad. Al gusto.
También se puede cambiar el vino por agua, aunque si se cocina correctamente (al horno es la mejor opción), no os quedará alcohol.
Indicaciones
Limpia bien las setas, cuidando que no tengan tierra.
Filetea las setas. Puedes hacerlas más o menos gruesas, según el uso que le vayas a dar. A mi me gustan finitas.
En un bol, mezcla todos los ingredientes secos del adobo.
Añade el vino y el aceite y remueve.
Adobamos cada filete de seta y lo colocamos en un táper. Si te queda adobo, échaselo por encima
Le puedes añadir un chorro de aceite de oliva al final. Ten en cuenta que las setas lo van a absorber y que no tratamos de confitarlas en aceite.
Déjalas reposar unas horas en la nevera. Lo puedes preparar de un día para otro. Igual te parecen secas, pero tendrán el vino y el aceite dentro.
Finalmente, cocina como prefieras: al horno, a la plancha o en fritura. Para mi, la mejor opción es al horno, seguida por la plancha.
Si conseguimos unas setas de tallo largo, podemos envolver un dátil con cada lámina de seta, a modo de aperitivo.
Estas cazoletas de coliflor asada con bechamel y tofu son ideales tanto para adictos a la coliflor como para personas a las que esta hortaliza no les hace mucha gracia.
Me parece siempre necesario tener una receta de aprovechamiento para todas aquellas recetas en las que hacemos algo tan grande como una coliflor entera.
También es una receta ideal si no te acaba de convencer el tofu: tienes el sabor intenso del marinado de la coliflor y la suavidad de la bechamel. Además le daremos un toque de mar a este tofu con el alga wakame.
Esta receta fue una petición de una seguidora, que sentía nostalgia de este plato, que se suele hacer con merluza. Si buscas recetas de Navidad o festivas, échale un ojo a este recopilatorio.
En este caso, aunque no soy muy de quesos comerciales, creo que el queso Violife rayado es el que mejor funciona. Pero puedes elegir cualquier otro queso que te guste y que creas que puede funcionar bien. Si no tienes queso vegano a mano, puedes poner pan rallado por encima, para que coja un bonito color al gratinar.
Indicadores
Si no tienes preparadas la coliflor, empieza por ahí (receta en este enlace). En la hora u hora y media de horno, podrás preparar la bechamel y el tofu. Además, tendrás el horno listo para acabar la receta.
En una olla ancha, pone el caldo, dos tazas de agua, un poco de sal y el alga wakame.
Dejamos que cueza, no hace falta que hierva, y que se ablanden los copos.
Partimos el tofu en 4 u 8 trozos, estilo filetes.
Añadimos el tofu en la cazuelita y los dejamos 15 minutos a fuego lento, al mínimo.
Apagamos el fuego y lo dejamos allí, que coja el sabor de mar del alga.
Preparamos la bechamel (receta aquí). La puedes tener preparada del día anterior.
Precalentamos el horno a 180ºC si ya teníamos la coliflor hecha.
Despiezamos la col en arbolitos. El tronco lo podemos reservar para hacer crema.
En 4 cazoletas, repartimos el tofu. También lo podemos poner todo en una fuente mediana para servirlo en platos.
Colocamos unos 100 g de arbolitos en cada una, con las flores hacia abajo.
Cubrimos la coliflor y el tofu con la bechamel .
Añadimos el queso vegano como toque final.
Horneamos a 180ºC durante 10-15 minutos teniendo cuidado de que no se nos queme la coliflor.
Gratinar al gusto, según vuestro horno.
Servir la coliflor con tofu y bechamel
Yo no soy muy fan de los gratinado, pero como podéis ver, aquí el grill le hubiese dado una apariencia estupenda. Eso sí, vigila como colocas la coliflor, los arbolitos han de estar al revés, con la parte que ha estado anteriormente expuesta en el horno resguardada.
Si buscas una Navidad vegana, aquí van algunas de mis recetas más navideñas y festivas para que te inspires.
También encontraras otras recetas que quizá no sean tan propias de estas fechas pero que vistes muy bien la mesa. Además, la noche de Fin de Año y la comida de Reyes son también buenas ocasiones para ponerlas en práctica.
Recetas e ideas para una Navidad Vegana
Es posible que te parezca que hay pocas recetas: es cierto. Esta entrada se irá poco a poco llenando de más propuestas.
Para empezar, te digo cuales son mis tiendas veganas favoritas. Es posible que puedas solucionar la mitad de las comidas haciendo una buena compra a tiempo:
Hay cosas que ya son veganas de por sí, aunque hay que revisar etiquetas: aceitunas rellenas de pimiento o de otras variedades con hueso, patatas fritas (cuidado con las saborizadas), espárragos, frutos secos variados, hummus y guacamole caseros…
Pero en fiestas, los entrantes y el picoteo incluyen otro tipo de opciones.
Tabla de quesos veganos
Las tablas de quesos y embutidos son muy habituales en estas fechas. Podemos hacer quesos veganos caseros o comprarlos. Para fechas señaladas, creo que es importante en estas fechas comprar este tipo de comida en tiendas veganas especializadas. Es donde hay más variedad, donde mejor te asesoran y las que mejor alienadas con nuestros valores están.
En la foto tienes una selección de quesos de The Living Food, mis favoritos.
Caviar vegano
El caviar vegetal no es algo novedoso: era un sucedáneo vegetal para las personas que no se podían permitir el caviar auténtico. Normalmente, está hecho a base de algas.
Tienes opciones en muchas tiendas, pero te recomiendo las dos variedades de IKEA. Tienes estas perlas de algas en su versión negra o roja, ideales para decorar algunos canapés.
Paté de vegan cabracho
Un untable viejuno en versión vegana.
Al ya clásico paté de setas casero y a los untables de aceitunas, se le une el paté de cabracho versión. Esta paste de cabracho sin pescado une los garbanzos y el alga nori para disfrutes de mucho sabor con un paté vegetal que se hace al horno.
Setas en adobo con dátiles
Escoge el adobo que más te apetezca y disfruta de la combinación perfecta de dulce salado. Aunque con adobo de salsa barbacoa quedan genial, también puedes escoger otros adobos.
Albóndigas holandesas
Las albóndigas siempre son buena idea.
No es algo típico español, ni mucho menos de Navidad, pero mientras los omnis se ponen finos a embutidos, podemos comernos unas de estas albóndigas. ¿Que no te gusta el curry? Puedes hacer algunos cambios sencillos: cambia el curry por ajo, tomillo y romero. Y la salsa, si no te convence, la puede cambiar por salsa de tomate o una veganesa especiada.
Entrantes o primeros
Gambas a la marinera
Aunque también se pueden hacer al ajillo, siguiendo prácticamente la receta tradicional, a mi me gusta más hacer estas gambas marineras. Con este tipo de salsa aún dan más el pego.
Sopa de galets y pilota vegana
La pilota y la sopa de galets son parte de la tradición navideña catalana. Aunque no es una Escudella i carn d’olla tradicional, puedes comer la sopa con pilota con esta receta.
Principales de Navidad Vegana
Heura con salsa de almendras y cava
El cava es una de los ingredientes más festivos que podemos encontrar. No hace falta que nos lo bebamos, podemos cocinar con él y aprovechar su fantástico sabor. Una receta para toda la familia si se cocina bien, ya que pierde el alcohol. En esta receta, he usado Heura de Foods from tomorrow pero puedes usar seitán, soja texturizada o cualquier otra carne vegetal porosa.
Coliflor asada al horno
La coliflor asada entera es muy, muy fácil de hacer. Una receta muy sencilla pero que viste mucho la mesa y que te puede servir, si no quieres usarla como plato principal, para preparar una cazuelita con coliflor, tofu y bechamel vegana.
Lo podemos acompañar con unas patatas al horno o con unas patatas gajo, que aunque sean una de mis recetas favoritas de verano, están buenas todo el año.
Patata con tofu y salsa verde
Unas patatas en salsa verde con tofu o con tempeh son un plato muy sencillo de hacer que se mantiene genial en un táper. Solo tendremos que recalentar en el horno o en una ollita y lo tendremos a punto.
Pastel de carne vegetal hojaldrado
Así queda por fuera.
Una opción muy sencilla es coger cualquier carne vegetal, rellenarla con frutos secos y cubrirla con masa de hojaldre vegetal (o con otros que sepamos hacer o encontremos fácil). Así tendremos un pastel de carne al horno muy rico que podremos acompañar con salsa, patatas, verduras al horno o puré.
Ya sé que no es una receta navideña, pero un buen plato de pasta con pesto vegano, o con crema de champiñones (ahora hay natas y cremas vegetales en cualquier súper), nos pueden salvar la noche.
Aunque puedes encontrar galletas, mantecados y turrones veganos en muchos sitios, espero tener tiempo de cara al año que viene y añadiros algunas opciones más para hacer en casa.
Las Bitterballen veganas son unas de esas comida ideales entre trago y trago de cerveza. Pero no has de ser un fan de la cerveza belga, ni siquiera beber alcohol, para que te apetezcan como aperitivo.
No se trata de una receta sofisticada, pero nunca está de más veganizar uno de los éxtios gastronómicos del país de las croquetas.
Se trata de unas bolitas que van rellenas de carne picada muy pequeña, que podemos hacer con cualquier proteína vegetal que nos guste. Aunque os aconsejo utilizar soja o girasol, para que se puedan notar los trocitos y no morder «paté».
Las bitterbattern se suelen dipear en una salsa de mantequilla y curry. A mi me gusta más hacer una salsa líquida y que vayan bañadas. Hay muchas opciones, ya que también se puede hacer una veganesa de curry.
Receta de Bitterballen veganas
Ingredientes
150 gramos de soja texturizada en seco
40 gramos de harina
30 g de margarina
1 cucharada rasa de margarina
1/2 taza de caldo vegetal
1 cucharada de tomate doble concentrado
1 cucharada de salsa de soja
1 cucharada colmada de harina de garbanzo
2 cucharadas soperas rasas de lino
6 cucharadas soperas de agua
2 cucharadita rasa de curry en polvo
1 cucharadita rasa de pimienta negra molida
1 cucharadita rasas de sal
1 pizca de nuez moscada
1 cucharadita de maizena
Pan rallado
Aceite de oliva
Agua
Pan rallado, miga de pan o panko
Indicaciones
Empezamos haciendo el huevo vegano: batimos el agua y las semillas de lino y lo dejamos reposar al menos 15 minutos. Puedes moler las semillas por separado si tienes molinillo eléctrico.
Hidratamos la soja texturizada en agua caliente el tiempo que haga falta o nos indique el paquete.
En un bol, ponemos la soja texturizada, la salsa de soja, 1 cucharadita de curry, la cucharada de y el huevo vegano. Mezclamos bien.
Incorporamos la harina de garbanzo. Nos tiene que quedar una masa que no enganche y no tenga líquido.
Una vez tenemos la masa lista, podemos hacer bolitas pequeñas, de dos bocados.
Empanamos las bolitas.
Lo habitual es freírlas en abundandte aceite, pero también se pueden hacer al horno o en la sartén con poco aceite y paciencia.
Para la salsa: en un cacito, ponemos el caldo, la margarina, 1 cucharadita de sal, 1 de curry, la pimienta y la nuez moscada.
A fuego bajo removemos y dejamos que vaya reduciendo.
Podemos añadir una cucharadita de café de maizena para espesar.
Se sirven las bolitas recién hechas con la salsa calentita por encima.
¿Te sorprende un curry de mango y garbanzos? Me encanta ponerle fruta a la comida principal, y borrar el concepto de «salado» que tenía hasta hace unos años.
Este tipo de recetas se puede hacer desde cero o con pasta de curry. Sinceramente, a mi me parece mucho más sencillo cocinar con pasta de curry. Es rápido y nos asegura sabor y color en el plato en pocos minutos. Las pastas de curry se pueden encontrar en supermercados asiáticos, aunque también en grandes superficies y en establecimientos especializados en alimentos del mundo.
Os recomiendo, eso sí, revisar bien las etiquetas. Es habitual encontrar que alguna pasta de curry contenga ingredientes de origen animal. Algunas de origen tailandés llevan salsa de gambas. Son las menos, pero nunca está de más revisar la etiqueta.
Si te preguntas que donde esté la proteína en este plato, la respuesta es muy sencilla: en los garbanzos, que también ricos hierro no hemo.
Receta de Curry de mango y garbanzos
Ingredientes para 2 raciones
1 mango maduro
1 cebolla blanca mediana
1 calabacín pequeño o mediano
400 g de pack choy (o de espinacas)
300 g de garbanzos cocidos
3 dientes de ajo
100 ml de leche de coco lata con su grasa
200 ml de agua
1/2 cucharada sopera rasa de curry rojo (cuidado si pica)
1 cucharada de postre de mantequilla de cacahuete.
sal
1 cucharada de aceite de oliva
cilantro fresco
Estos ingredientes para mi son dos raciones, pero si te salen 4 platos de aquí para acompañar con arroz, puedes congelar las raciones que te sobre.
En esta receta, el mango es malagueño y de temporada, de los chicos de Exotic Frui Box.
Indicaciones
Corta la base del pak choy (o de las espinacas).
Lávalas a fondo y saca toda la tierra.
Corta los vegetales (espinacas o pack choy) que tengas en una superficie bien limpia (recuerda ir limpiándola) en tirar de un dedo de grosor. Reservamos.
Lava un manojillo de cilantro y cortalo pequeñito, reservando algunas hojas para decorar el plato. La forma fácil es hacer un pequeño atillo.
Lava y pela el mango, y córtalo a dados pequeños. Queremos que se deshaga. Reserva.
Pelamos la cebolla y la cortamos a dados pequeños, en brunoise que dice la gente que sabe. Lo mismo con el calabacín.
Hacemos lo mismo con los ajos, que será lo primero que utilicemos.
En una sartén antiadherente y alta, donde lo cocinaremos todo, podemos la cucharada de aceite.
A fuego medio, doramos los ajos.
Añadimos la cebolla y le removemos, cocinandos durante, 2-3 minutos.
Añadimos el agua, el curry, la mantequilla de cacahuete y la leche con crema de coco y subimos el fuego.
Mezclamos todos bien.
Añadimos todo menos los garbanzos, mezclamos bien y dejamos que se cocine durante 15 minutos con el fuego al mínimo y la tapa puesta.
No dejes se quede seco, pero no te pases añadiendo agua.
Al pasar los 15 minutos, corregimos de sal.
Añadimos los garbanzos y el cilantro cortado.
Removemos y dejamos destapado, hasta que se consuma, a fuego medio.
Recuerda ir removiendo, que no se nos queme.
Servir calentito con un poco de cilantro fresco.
Si te apatece, lo puedes acompañar de una ración de arroz integral, de pan tostado o de fideos de arroz.
Este curry de mango y garbanzos está acompañado de pan tostado.