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marta

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Una de las acciones que he tomado, incluso antes que la cocina, ha sido revisar qué llevo encima para conseguir un bolso zero waste para el día a día.

Es decir, como conseguir que todo lo de usar y tirar se reemplace por objectos zero waste: esas cosas que llevamos camino de la oficina, la uni, el momento en el que vamos de camino al gimnasio o a llevar al niño al cole. Bueno, esto último a mi no me ha pasado nunca, pero es una realidad, aunque yo no tengo ni hijas ni hijos.

Vamos a empezar por decir dos cosas:

  • El Zero waste no existe, es la meta pero no vivimos en una sociedad que esté preparada para ello. Acepta que serás Low Waste y siempre que te sea posible.
  • No es una competición. Repito: no-es-una-competición.

No se trata tanto de sustituir una cosa por otra como de prever qué cosas se usar y tirar utilizas cada día. Así podemos acompañarnos de opciones duraderas y que, además, suelen tener otros beneficios.

Como yo no soy ninguna experta en el tema, como sí lo es Ally Viamalama, lo que voy a hacer es enseñarte lo que llevo en el bolso. Bueno, ya lo has visto, está en la foto que abre el artículo.

Por supuesto, no va todo esto siempre en el bolso, aunque lo cierto es que quién me conoce sabe que soy un poco Mary Poppins y que es sencillo que haya aún más

La botella de agua

No soy de beber mucho líquido, porque mi alimentación me aporta agua en cantidad, pero llevar una botella, la mía es de aluminio, me evita comprar bebidas en envases de usar y tirar.

Mi botella es una Chilly’s de flores y flamencos que me autoregalé unas Navidades. En verano mantiene el agua o lo que le metas dentro fresquito y que también conserva el calor, así de maravillosa es.

Hay muchas opciones de marcas, tipos de cierres y tamaños. También de materiales. Lo más importante en este caso es que sea resistente, robusta y duradera.

El vaso del café

A mi me gusta mucho eso de poder conseguir un té o un café en cualquier parte y poder tomarlo en el camino al trabajo o a una quedada.

Así que una vez te das cuenta de que los vasos de un solo uso son una abominación, sean del material que sean, busqué una solución.

Un amigo me habló de las KeepCup y me compré una de plástico sin BPA. Aquella tiene ya años y la uso para llevarla de viaje, porque pasa cualquier arco.

Actualmente, tengo una de vidrio y corcho, con tapa de plástico, que me suelo llevar a todas partes. Para mi, es la mejor opción si os importa el sabor. No me suelen poner problemas, y aguanta altas temperaturas sin problema.

De estos vasos para el café o mugs los tenéis de infinidad de marcas, colores, tamaño y precios. Es algo que puede durar muchos años, así que gastar un poco más a mi me compensa.

Os recomiendo que sea de un tamaño estándar barista, para que no os pongan pegas, si lo vais a usar para pedir “para llevar” y no para bebidas caseras.

Los cubiertos

O el ajuar cono le llamo a una bolsita de algodón, que antes usaba para llevarme una fruta o comprar un panecillo, que va con cubiertos y pajitas.

Los cubiertos de madera son una muy buena solución que vas a necesitar más de lo que parece. Incluso más que las pajitas, que también hacen de agitadores para granizados, bebidas y cafés. Los míos son de Coco and Mensch.

Si tienes pajititas de plástico duro, ¡no las tires! Precisamente de lo que se trata es de no generar residuo. Si ya las tienes, ¡úsalas! Esto no es una competición a ver quién tiene menos plástico sino un movimiento que nos ayuda a concienciarnos.

Si no tienen ninguna, te recomiendo comprar de aluminio, porque si son un poco frágiles en el bolso se te pueden partir. La mía es de Masonjar Spain, de la época que me dio por los batidos.

Algo muy básico y muy necesario si te gusta el sushi es llevarte tus propios palillos. El impacto que tiene la industria del usar y tirar ha hecho de los palillos un auténtico problema ecológico en Asia, de magnitudes inimaginables en Europa. No contribuyas a la deforestación.

La bolsa para la compra

Creo que a nadie se le escapa que llevar una bolsa de tela por si nos paramos a comprar nos evita coger bolsas de plástico o de papel indeseadas.

Sí, las bolsas de papel también son el mal. Su producción gasta mucha más energía que la producción de las bolsas de plástico. Y es que cuando hablamos de contaminación, no cuenta solo el residuo que dejamos, sino todo el proceso para obtener el objeto: desde las materias primas hasta el desecho.

Recordad: el problema no es el material, es el modelo de consumo. Así que atesorar 200 bolsas de telas tampoco es sostenible. Seguramente con las que tenéis ya podéis funcionar el resto de vuestras vidas.

En mi caso, tengo muchas por acumulación y las que más uso son las que realmente están pensadas para la compra: grandes, robustas, con buenas asas y buen fondo. Como para ir al mercado y volver con verdura para una semana.

Bolsas para pan o fruta

Estas no las llevo siempre, pero si sé que voy a comprar fruta o pan, me llevo mis bolsas Rebellum, que también son las personas que detrás de Reinas y Repollos y que hacen una gran labor de activismo vegano y medioambiental.

Sobre las bolsas, lo cierto es que no me suelen decir nada porque me tienen muy vista y soy de las que hace un gasto importante en la frutería. Tampoco me han dicho nada por comprar pan así.

Las mallas reutilizables para fruta van a volver a convertirse en norma, no hay más que ver las noticias.

Si eres de las que no compra online, seguro que tienes una buena opción cerca como Bolseta Barcelona, que se encuentra ya en muchas tienda físicas. Estas además son un producto solidario, algo muy a tener en cuenta.

Compresas y salvaslips

Para mi es básico llevar una compresa o un salvaslip. Compré las reutilizables de Rebellum (porque Carla y Jessica son unas cracks), que vienen con un neceser impermeables, y cuando se acerca la fecha se vienen un par conmigo en el bolso.

La sensación es muy diferente a las compresas desechables convencionales, mucho más suaves y nada irritantes. Aparte de ser bonitas y durar más.

Las compresas reutilizables de Rebellum son de edición limitada. Hay muchas personas fabricando compresas de tela de forma casi artesanal con productos muy buenos y perfectamente acabados. Es algo que ha de durar y que, además,

Mi bolso Back to eco

Y, por último, el propio bolso. Se acabó hace tiempo lo de comprar bolsos plasticosos, los de piel ni pensarlo. No os vayáis a pensar que la piel es más «natural». El proceso de curtir piel es altamente contaminante y elegir cuero o piel no es más sostenible que un plástico reciclado.

Vimos el tenderete de Back to eco en las fiestas navideñas y nos gustó ver una empresa con adn ecologista y zero waste con una estética no hippie. Sus productos son pura economía circular: bolsos, mochilas, faldas o delantales hechos con tejanos de segunda mano.

Tienen talleres en su tienda para aprender a convertir tus tejanos viejos en otros prendas y complementos.

Además, si ves algo que parezca cuero, no te asustes: todo lo hacen es también vegano.

Mi bolso zero waste para el día a día

Mi bolso zero waste para el día a día
Cuando ya te conocen y te lavan el vaso en la propia cafetería.

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